Liniers, vivienda originalmente de estilo italiano, esta emplazada en San Isidro, Zona Norte de la Ciudad de Buenos Aires, donde el entorno se conforma a través de residencias y comercios.
Partimos de una casa muy deteriorada, la cual requería de una reforma integral con la premisa de despejar y redefinir las conexiones entre los espacios existentes, integrando a su vez el exterior con el interior.
El objetivo fue generar mayor amplitud e iluminación natural que, junto a la incorporación del verde, terminan redefiniendo la casa en su totalidad.

Respetando la estructura y configuración existente, y mediante la demolición de un muro, se modificó la distribución general de la cocina. La decisión de que la iluminación natural ingrese a la casa mediante un ángulo de grandes ventanales, hizo que el mobiliario de la cocina se vuelque de punta a punta en una única pared. Frente a ello, una gran isla se convierte en el centro de reunión. De esta manera, cocina y living se unifican generando un espacio totalmente abierto e integrado.

Teniendo como desafío un presupuesto acotado, el mobiliario de la cocina fue realizado con recursos accesibles tratando de mantener una armonía en su composición general a través de líneas simples y colores claros para generar, al mismo tiempo, la amplitud que tanto se buscaba.
Los materiales seleccionados fueron una combinación entre melaminas de diferentes tonalidades y un granito nacional para las mesadas.

Se modificó la ubicación de la puerta de entrada principal, la cual pasó a ser lateral para optimizar y permitir la división virtual de espacios en un living-cocina totalmente integrados.
También se generó un acceso secundario hacia otro ambiente privado de la casa, el cual fue reacondicionado para utilizarse como estudio u oficina jurídica. Este segundo ingreso genera privacidad a la hora de recibir clientes, sin la necesidad de tener contacto con los ambientes privados del resto de la casa.

Demoliendo un depósito ubicado en el fondo de la unidad, se recuperó el espacio exterior reviviendo un jardín verde que se había perdido por completo.
Colocando aberturas de puertas corredizas hacia el patio, se generó una verdadera conexión con el exterior, permitiendo nuevas visuales y una buena entrada de luz natural en los distintos ambientes.

Acentuando la idea de optimizar el espacio exterior, se remplazó una gran escalera de hormigón que accedía a la terraza, por una escalera tipo caracol de metal desplegado permitiendo así un acceso permeable con presencia liviana.
Al costado de ésta, se dispuso una parrilla de mampostería que termina de conformar un espacio de usos múltiples.

El acceso a la vivienda es a traves de una puerta “escondida” integrada al portón corredizo de 3,5mts de altura ubicado sobre la línea municipal. El mismo fue realizado en chapa perforada que además de proporcionar seguridad, genera un efecto permeable manteniendo privacidad sin perder visibilidad.

Respetando la estructura y configuración existente, y mediante la demolición de un muro, se modificó la distribución general de la cocina. La decisión de que la iluminación natural ingrese a la casa mediante un ángulo de grandes ventanales, hizo que el mobiliario de la cocina se vuelque de punta a punta en una única pared. Frente a ello, una gran isla se convierte en el centro de reunión. De esta manera, cocina y living se unifican generando un espacio totalmente abierto e integrado.

Demoliendo un depósito ubicado en el fondo de la unidad, se recuperó el espacio exterior reviviendo un jardín verde que se había perdido por completo.
Colocando aberturas de puertas corredizas hacia el patio, se generó una verdadera conexión con el exterior, permitiendo nuevas visuales y una buena entrada de luz natural en los distintos ambientes.

El baño se reformó íntegramente manteniendo la entrada de luz natural cenital existente a través de una nueva claraboya. Este fue el único espacio donde se incorporó color, un verde pálido que acompaña los tonos neutros de la casa. Se optimizó el espacio mediante la eliminación de la bañera y lavatorio existentes.
Una pequeña losa que se transforma en estante, permitió la posibilidad de apoyo de una bacha compacta en sus dimensiones.
Se incorporó una ducha con mampara de vidrio transparente y se revistieron algunos sectores con pequeñas cerámicas cuadradas blancas para generar textura, impermeabilizar los sectores húmedos y unificar la losa a las paredes que la contienen.

Acentuando la idea de optimizar el espacio exterior, se remplazó una gran escalera de hormigón que accedía a la terraza, por una escalera tipo caracol de metal desplegado permitiendo así un acceso permeable con presencia liviana.
Al costado de ésta, se dispuso una parrilla de mampostería que termina de conformar un espacio de usos múltiples.

El ingreso a la vivienda es por una puerta “escondida” integrada al portón corredizo de 3,5mts de altura ubicado sobre la línea municipal. El mismo fue realizado en chapa perforada que además de proporcionar seguridad, genera un efecto permeable manteniendo la privacidad sin perder visibilidad.